Dedicado a una chica soriana que dio vida al personaje de esta historia. Gracias Nuria.
Día de sol y lluvia
Y el cuerpo de la chica de los cabellos rojos yacía inmóvil en el suelo bajo la fría lluvia...
[12 horas antes...]
Hoy se levantaba contenta, sabía que había llegado el día, ese día que tanto había esperado desde que le habían dado las vacaciones de verano. Hoy había llegado el día en que ese chico iría a su pueblo a visitarla para pasar el día con ella. El chico medía alrededor del metro ochenta y cinco, era guapo y practicaba un deporte que ambos tenían en común: el fútbol.
Desde hacía un tiempo le quería, bastante además; por eso hoy iba a ser un día especial: se lo diría, le declararía su amor.
Se vistió, se lavó la cara y salió a la calle parándose un momento para respirar hondo aquel típico olor a día veraniego, día de vacaciones, día especial...
Sin más entretenimiento se fue al punto donde había quedado con él, llegó pronto: una hora antes más o menos. Estaba sola en la calle, aún los chavales no habían salido a pasear por la calle; de pie esperaba con sus zapatos de tacón, sus pantaloncitos cortos, su camisa lisa con un dibujo en la parte delantera, con su cabello rojo suelto y brillante y con una sonrisa que deslumbraba a todas las personas ausentes que la pudieran ver.
Estuvo esperando una hora, de pie, sin arrugarse ni un solo momento, eso sí, a veces impaciente porque llegara ya el autobús en el que el chico iba.
Por fin, y tras un cuarto de hora de retraso, vio aparecer al fondo de la carretera un autobús; mientras miraba sonreía, mientras sonreía notaba como el corazón aceleraba su pulso, mientras que el corazón aceleraba su pulso parecía como si el tiempo fuese cada vez más lento y más lento...
Llegó ya el autobús, empezó a bajar gente, gente... pero él no estaba entre ella... miraba una y otra vez para poder distinguirle, para saludarle, para tirarse a sus brazos, para por fin verle en persona por primera vez...
cuando ya había perdido la esperanza de que estuviera en ese autobús le vio, lo miró de arriba a abajo, de abajo a arriba, si es que cada vez le parecía más guapo... Su intención fue avanzar para saludarle, abrazarle y susurrarle al oído un "te quiero", pero no pudo; su cuerpo no le respondía, se había quedado embobada mirándole, vio que se acercaba, pero aún así no parecía que fuese a reaccionar.
Al fin, cuando el chico le saludó y le dio dos besos, ella solo pudo tartamudear un simple "hola"... "¿¡¿¡¿UN SIMPLE HOLA?!?!? ¿¡¿¡¿PERO TÚ ERES TONTA?!?!?" pensó. Se puso roja, no sabía donde meterse; el chico tampoco, realmente él había ido al pueblo de la chica para decirle a la cara lo mucho que la quería, pero no sabía si ella le iba a corresponder.
Tras unos cuantos intentos de comenzar una conversación que no pareciese absurda, la chica le propuso ir a comer a algún lado. Comieron durante un largo rato: ella un plato de carne con patatas, él un plato de pasta. Terminaron de comer y se fueron a pasear.... ya habían pasado tres horas desde que el chico había llegado al pueblo, ¿a que esperaba? ¿cuando le iba a decir que le quería?
Tras un rato paseando en silencio, ella y él parecían haber estado pensando en lo mismo, pues a la vez empezaron conversación con la misma pregunta: "¿Y qué tal te va todo? ¿Qué tal de amores?"; se callaron, también a la vez, avergonzados de habérselo preguntado al mismo tiempo; se miraron y cruzaron la mirada los ojos marrones oscuros de ella, marrones aún más oscuros los de él... no era normal aquello... se empezaron a reír sin más motivo, por toda la tensión acumulada que tenían en sus cabezas.
Y por fin se cogieron de la mano.
Se pararon al finalizar el pueblo, miraron el paisaje, volvieron a mirarse, y cuando la chica abrió la boca para decirle lo mucho que le quería... "¡¡¡Qué pasaa!!! ¿Qué tal todo?... ¡Oh! ¿Quién es él?" los amigos de la chica les interrumpieron, pero no con maldad, sino por simple casualidad.
Pasaron el resto de la tarde con los demás, siempre juntos pero ya sin darse la mano, siempre independientes el uno del otro pero sin dejar de lanzarse miradas furtivas que querían decir mucho más de lo que decían a simple vista.
Por fin los amigos se fueron por su camino y ellos dos se volvieron a quedar solos, solo quedaba media hora para que el chico se fuese y aún no le había dicho nada...
Fueron volviendo hacia la parada del autobús que vendría a recogerle para llevarle de vuelta a su casa. Cuando llegaron, se sentaron en un bordillo, en silencio... y mira que durante el rato que habían estado con los amigos se habían reído con ellos y de chistes independientes que se habían contado entre ellos dos.
Volvió la tensión... pero ella no estaba dispuesta a dejarle marchar sin decirle lo que sentía, no. Lo volvió a intentar y esta vez también la interrumpieron... no los amigos, no las personas... algo que no entiende de momentos: la lluvia... esas nubes que se habían formado hacía diez minutos y que ahora empezaba a caer con fuerza sobre el pueblo.
Corrieron a buscar un refugio, que encontraron a pocos metros, debajo de un balconcito; habían pasado poco tiempo bajo la lluvia, pero suficiente como para que su ropa estuviese húmeda. Comentaron la lluvia y cómo se había estropeado el día hasta el momento en el que el autobús llegó.
Se despidió del chico, visiblementellendo, a la chica se le llenaba el corazón de una terrible tristeza...
No aguantó más, salió corriendo bajo la lluvia por la carretera, por la que en ese momento solo estaba el autobús, gritándole, detrás del autobús: "¡¡¡VUELVE!!! ¡¡¡NO TE VAYAS!!! NO TE LO HE DICHO: ¡¡¡¡¡¡TE QUIEROOOO!!!!!!"
Siguió corriendo, tan rápido como podía, calándose hasta los huesos, no le importaba la lluvia, no le importaba nada, simplemente quería que volviera, quería decirle, aunque solo fuera decirle que le quería... por desgracia pisó un bache de la carretera y su tacón se rompió... cayó al suelo y se golpeó fuertemente la cabeza.
Pasó el tiempo...
Y el cuerpo de la chica de los cabellos rojos yacía inmóvil en el suelo bajo la fría lluvia...
Lo siguiente que recordó fue abrir los ojos y ver una figura borrosa que corría hacia ella, su olor le resultaba familiar... y su voz, aunque estuviese quebrada por la angustia que sentía en ese momento... todo en esa figura le resultaba familiar, pero no consiguió distinguirla... volvió a perder el conocimiento.
Más tarde se despertó, abrió los ojos... no podía ser, hacía un momento estaba lloviendo, estaba tumbada en la carretera... esto no tenía nada que ver... estaba seca, calentita, había techo, un mueble... era su habitación. Miró alrededor, todo estaba normal, como siempre... excepto una cosa... había una persona sentada llorando en una silla a su lado...
No... imposible, no podía ser... ¿¿Era él?? se incorporó en la cama como un resorte, la persona levantó la cabeza y, con los ojos rojos, esbozó una sonrisa...
Si, era él... ¿pero que hacía allí?, pronto lo supo pues comenzó a hablar rápidamente: "Volví, no podía irme sin decírtelo, hice que el conductor parase y volví corriendo al pueblo para decirte que te quiero, que no puedo estar sin ti... pero cuando te vi allí tirada en la carretera me temí lo peor, llamé a un medico, te trajimos aquí y me dejó a tu cuidado...".
La chica no podía creerselo... había vuelto solo para decirla lo que ella había querido decirle durante todo el día... no se lo pensó dos veces y se lanzó a él, le abrazó, le besó, le dijo lo mucho que lo quería, le volvió a besar... rompió a llorar, de alegría, de amor, de alivio... su sueño se había cumplido.
FIN